¿Listo para comenzar a invertir? Es cierto que invertir tu dinero no es una tarea fácil, pero tampoco es algo de otro mundo. Para que te atrevas a comenzar, te damos algunos tips que te pueden ser de mucha utilidad para crear tu propia cartera de inversión.
En otras palabras, se trata del conjunto de activos en los cuales se tiene invertido el dinero de forma diversificada. Al conformar una cartera de valores, se elige una serie de activos para obtener una rentabilidad económica. Es muy común que se relacione este concepto exclusivamente con la inversión en bolsa, pero en general, puede incluir una diversidad de herramientas económicas que permiten aumentar nuestro patrimonio.
Clases de activos de inversión
En cualquier inversión, no se puede tener la certeza de lo que pasará, pero sí se pueden construir ciertas expectativas basadas en la naturaleza de los activos y los resultados históricos que se han presentado. Los activos pueden ser:
- Renta fija: Depósitos a plazo fijo, bonos y obligaciones de deuda pública.
- Renta variable: Se trata de la mayoría de los activos financieros. Bolsa, fondos de inversión, etcétera.
Uno de los principales consejos a la hora de construir una cartera de inversión, es es la dispersión, es decir, tener un contenido variado en la cartera. Es recomendable que esté compuesta por una diversidad de tipo de activos, ya sean fondos de inversión, índices bursátiles o divisas y materias primas. A continuación te damos cinco consejos para que puedas crear y gestionar tu propia cartera de inversión.
¿Cómo crear tu propia cartera de inversión?
1. Define el perfil inversor:
La composición de una cartera se va a determinar de acuerdo con el perfil del inversor, el cual puede ser conservador, medio o arriesgado. Esto va a determinar el riesgo y la volatilidad que el inversor quiera asumir, además de la rentabilidad que se quiere obtener y que va a depender de la proporcionalidad de cada activo en la cartera. ¿Ya sabes qué perfil de inversor eres o te gustaría ser? Conócelos y busca aquel que se adapte a tus necesidades.
2. Puntualiza los objetivos:
Una vez determinados los riesgos a asumir en las inversiones, es necesario que fijes una meta, que va a depender exclusivamente de tus intereses y que debe responder a la pregunta ¿para qué quiero invertir? Las respuestas pueden ser variadas y pueden ir desde comprar una casa, enfrentar gastos de estudios, etcétera.
Con la definición de estas metas, lo ideal es establecer los beneficios o porcentaje de rentabilidad necesaria para alcanzar esos objetivos.
3. Fija el tiempo:
Ya establecidos los objetivos financieros, se debe plantear un calendario para su consecución. Te recomendamos contar con una cartera de inversión equilibrada, tomando en cuenta objetivos financieros de corto, mediano y largo plazo. Debes tener presente que mientras mayor sea el plazo, mayor será la rentabilidad obtenida.
4. Elige activos, diversifica y cubre riesgos:
De acuerdo con tu perfil de inversor, tus expectativas de rentabilidad y el tiempo que determinaste para la consecución de tus objetivos, puedes realizar una selección de productos financieros u otros activos.
Ya valoradas todas sus condiciones y características, podemos saber si se ajustan a nuestras necesidades y objetivos o no. Lo ideal en una cartera de valores es mantener el equilibrio, por lo que es recomendable combinar activos con diferentes niveles de riesgo. El principal objetivo de la diversificación es neutralizar el alto nivel de riesgo de algunos productos financieros, añadiendo opciones más seguras. Con la gestión adecuada de la cartera, se puede obtener una rentabilidad potencial óptima, reduciendo el riesgo global de tus inversiones.
5. Comisiones o gastos de inversión:
Generalmente al invertir nuestro dinero, nos fijamos en los beneficios y el riesgo que nos pueden representar los activos, pero olvidamos los gastos asociados, que pueden incluir: gastos de de gestión, comisiones, mantenimiento, asesoramiento, entre otros.
Nunca debes olvidarte de este punto y debes recordar que los productos financieros están sujetos a tributación, por lo que es necesario considerar su fiscalidad. Toma en cuenta que una inversión no será redituable si los gastos asociados merman ampliamente la rentabilidad prometida.
Por último, te recordamos que si no estás dispuesto a crear tu propia cartera de inversión, existen personas que se dedican a crear estos portafolios de manera profesional.
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